El asesinato de la Tía Casca

Resumen

La Tía Casca fue es conocida por la tradición por ser una hechicera de Trasmoz. Se le acusó de emponzoñar cultivos y ganado, de lanzar males de ojo y de recitar oraciones del revés. Durante una persecución, en 1850, fue despeñada desde un risco próximo a su localidad natal, pese a que ella suplicó por su vida en múltiples ocasiones. El asesinato de la Tía Casca es un ejemplo de cómo la intolerancia dirigida contra las disidencias no eclesiásticas se canalizaba no sólo por la vía legal, sino también mediante la venganza popular. No hubo juicios ni condenas, sino una multitud enfurecida, probablemente amedrentada por la fuerza de lo desconocido.

Lugares

Trasmoz, Zaragoza.

Fecha

1850

Tipo de violencia

física, asesinato, despeñamiento.

La tía casca fue despeñada por un risco en Trasmoz.

Insitución/Agente

Pobladores de Trasmoz.

Víctimas

Joaquina, la “Tía Casca”.

Mirador de los Olivos, lugar donde la tradición sitúa el asesinato.

Contexto

Aunque tradicionalmente se han considerado los siglos XVI y XVII como momento álgido de la brujería en Europa, ésta ha sido un fenómeno recurrente desde tiempos antiguos hasta prácticamente nuestros días. Por lo general, las acusadas eran mujeres solteras y de avanzada edad. Esto podría deberse a que, sin redes familiares que las apoyasen, apenas existía una capacidad de defensa sólida. Los hombres brujos a menudo eran absueltos por contar con mayor reconocimiento social. Aquello contribuyó a forjar el tópico de la bruja anciana solitaria, que Joaquina representa a la perfección.

Debemos discernir entre brujería y hechicería. Las primeras habían realizado, según la tradición, un pacto con el diablo. Las segundas se encontraban a la sombra de la ciencia y la religión. Mantenían conocimientos de raigambre pagana que, por alejarse de los preceptos eclesiásticos, serían perseguidos. No conservamos ningún testimonio que relacione a la Tía Casca con el mencionado pacto, de modo que debemos considerarla, en todo caso, una hechicera.

La principal fuente respecto a la mencionada maga la aporta Gustavo Adolfo Bécquer, quien se instaló en el monasterio de Veruela en 1864. Éste no conoció a la Tía Casca, que había sido asesinada la década anterior. Sin embargo, recopiló los testimonios de un pastor trasmocero que dijo haber presenciado su asesinato. Éste describió a la hechicera como una mujer muy mayor, de largo pelo cano, extremidades huesudas y facciones angulosas. Sin embargo, y teniendo en cuenta que la descripción emula el ideal de bruja solitaria previamente mencionado, conviene cuestionar la veracidad del testimonio. Podría tratarse de una prosopografía añadida por el mismo Bécquer a posteriori, con el fin de adaptarse a su romántica forma de escribir, o un adorno inventado por el pastor. Según el testigo, la Tía Casca emponzoñaba la hierba, lanzaba males de ojos, enfermaba al ganado y realizaba amarres amorosos. Aunque hoy sabemos que nada de ello era cierto, es necesario comprender la visión que la población tenía de la magia en el siglo XIX, donde las áreas rurales mantenían todavía la cultura propia del Antiguo Régimen. Según este pastor, el aborrecimiento de los vecinos ante sus supuestas ponzoñas ocasionó un estallido popular. En él, se habría perseguido a la bruja hasta un promontorio que, según la tradición, es el actual Mirador de los. Joaquina suplicó por su vida y besó los pies de sus numerosos perseguidores. Éstos, sin embargo, mostraron no tener piedad, y terminaron arrojándola al vacío.

El caso de la Tía Casca es curioso en tanto que no fue asesinada por un órgano estatal, sino por sus propios vecinos. Aquello podría deberse a que la Inquisición ya había sido disuelta, y la legislación liberal no recogía condenas contra la hechicería. El hecho no es sino una prueba más de la intolerancia dirigida contra todo resquicio de disidencia. En este caso, parece orbitar en torno al miedo a lo desconocido, ya que la Iglesia era sinónimo de seguridad, y todo lo que se alejase -en este caso, acercándose a las tradiciones paganas- de ella era visto con miedo.

Con el asesinato de la Tía Casca, se ponía fin a la brujería en Trasmoz, una localidad marcada, según la tradición, por una fervorosa actividad de la hechicería. No en vano, el abad de Veruela excomulgó la localidad en 1522. Conviene tener en cuenta que la mayor parte de los lugares marcados por la brujería se dieron en zonas de frontera (el Moncayo, el pirineo, el Matarraña…), tal vez por el contacto entre culturas diferentes, o por el miedo al otro.

Memoria de dicha violencia

El testimonio de la Tía Casca ha gozado tradicionalmente de una amplia popularidad, debido a la descripción de Bécquer. Sin embargo, el autor presentó una visión estereotípica, muy ligada a los ideales tétricos del romanticismo. Es muy probable que ello adorne el relato, con el fin de potenciar su atractivo.

La tradición popular mantuvo también vivo el relato sobre su muerte. Numerosas leyendas locales mencionan extraños sonidos escuchados en el promontorio donde Joaquina fue despeñada, que atribuyen a la maldad de la hechicera, saciante de venganza para con los viandantes que cruzan el camino. Es posible que aquello fuese una forma de amedrentar a posibles jóvenes, alejándolos de la práctica pagana so pena de acabar como la Tía Casca.

De forma más reciente, se ha erigido en Trasmoz una plaza dedicada a la Tía Casca, la cual es coronada por una escultura en honor a la hechicería. La mencionada localidad cuenta también con un museo de la brujería en el emplazamiento original del castillo, donde la tradición sitúa numerosos aquelarres. Por último, la directora aragonesa Elena Cid dirigió en 2018 un documental titulado Bécquer y las brujas. En él, se recreó la escena del asesinato, protagonizado por la actriz Laura Gómez-Lacueva.

Mapa actual de Trasmoz. Se marca en azul el Mirador de los Olivos.

Plaza de la Tía Casca en la actualidad.

Bibliografía

Bécquer, Gustavo Adolfo, Cartas desde mi celda, Alayor, Textos.info, 2016 [1864].

Cid, Elena, Bécquer y las brujas, España, Disentropic Films, 2018.

Gari Lacruz, Ángel, Brujería e Inquisición en Aragón, Zaragoza, Delsan-Historia, 2007.

Tausiet Carlés, María, Abracadabra Omnipotens: Magia urbana en Zaragoza en la Edad Moderna, Madrid, siglo XXI, 2007.

Tausiet Carlés, María, Ponzoña en los ojos. Brujería y superstición en Aragón en el siglo XVI. Zaragoza. Institución Fernando el Católico, 2004.

Autoría

Luis Miguel Agud Sorli (Universidad de Zaragoza)