El proceso contra Catalina García "la Dalmava"
Resumen
Catalina García fue una curandera de Peñarroya de Tastavins, acusada de practicar la brujería y de celebrar aquelarres con otras hechiceras de la localidad. El obispado de Zaragoza abrió un proceso contra ella, aunque el veredicto final nos es desconocido en la actualidad.
Lugares
Peñarroya de Tastavins, Comarca del Matarraña, Teruel.
Fecha
1591
Tipo de violencia
Judicial. Se desconoce la pena física impuesta a Catalina.
Insitución/Agente
Arzobispado de Zaragoza.
Víctimas
Catalina García.
Contexto
Catalina García, llamada “la Dalmava” por el nombre de su segundo marido: Miguel Dalmau, fue una curandera y doblemente viuda acusada de brujería en 1591. Por su naturaleza, cumple el prototipo de bruxa predominante en la Edad Moderna: curanderas y parteras sin familiares que no contaban con fuentes de apoyo en caso de conflicto.
Según María Tausiet, el proceso contra Catalina García no comenzó con una delación voluntaria ante la Inquisición. Ya Hernando de Aragón había estipulado que cada obispo contaría con un equipo de visitadores, los cuales recorrían periódicamente los dominios episcopales. Entre sus deberes se hallaba el de comprobar la calidad de las infraestructuras, vigilar que los párrocos no estuviesen amancebados y, especialmente, asegurarse de que no existían indicios de brujería en la región. Es posible que, en alguna de sus visitas a Peñarroya de Tastavins, los vecinos o las autoridades hubiesen informado al visitador de la sospecha de brujería de la Dalmava. Se abrió, por lo tanto, un proceso que no estaría comandado por investigadores del Santo Oficio, sino por un procurador fiscal de Zaragoza en representación del arzobispo.
Tres testigos declararon haber visto a Catalina desnuda, celebrando extraños rituales junto con otras mujeres. Éstos mencionaron la existencia una extraña figura negra que parecía ser el demonio. Otro afirmó haberla visto en su casa en medio de la noche. Incluso su propia nieta testificó en contra de Catalina, afirmando que la adormecía con venenos para celebrar aquelarres por las noches. Su aspecto envejecido, el hecho de que hablase sola -según los testigos, comunicándose con el diablo- y sus manos quebradas jugaban en su contra. Sin embargo, numerosos testigos negaron la veracidad de las acusaciones, y probaron que los acusadores mantenían rencillas personales con la Dalmava.
No conservamos el documento de la sentencia. En base a las defensas de los testigos, María Tausiet supone que el proceso quedó sobreseído; es decir, se suspendió por una falta de pruebas contra la acusada. No obstante, resulta imposible esclarecer la respuesta.
Las zonas de frontera entre dos reinos han tenido tradicionalmente una mayor incidencia en los episodios de brujería. Tal es el ejemplo de Trasmoz, situado a faldas del Moncayo y limitando con Castilla; los Pirineos, que conectan con Francia o el Matarraña, zona de confluencia de Cataluña, Aragón y el reino de Valencia. Es posible que la causa radique en la peligrosidad de los bosques de frontera, frecuentados por contrabandistas y prófugos de la justicia. También podría tratarse de un miedo infundido por las élites para evitar el comercio a través de los pasos no estipulados. Más concretamente, el Matarraña ofrece una amplia panorámica de casos de brujería registrados en la Edad Moderna. Tal es el caso de Marta Morera, vecina de Monroyo procesada en 1648 o el santuario de la Virgen de la Balma (Zorita del Maestrazgo), un retiro dedicado a practicar exorcismos.
Memoria de dicha violencia
El caso de Catalina García es un hecho realmente olvidado en Peñarroya de Tastavins. No existen leyendas orales, ni tampoco espacios museísticos dedicados a la memoria de la hechicería en el lugar.
Bibliografía
Gari Lacruz, Ángel, Brujería e Inquisición en Aragón, Zaragoza, Delsan-Historia, 2007.
Tausiet Carlés, María, Ponzoña en los ojos. Brujería y superstición en Aragón en el siglo XVI. Zaragoza. Institución Fernando el Católico, 2004.
Tausiet Carlés, María, Un proceso de brujería abierto en 1591 por el arzobispo de Zaragoza (contra Catalina García, vecina de Peñarroya), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1988.
Autoría
Luis Miguel Agud Sorli (Universidad de Zaragoza)