Benjamín Heras y la Iglesia Evangélica del Espíritu Santo

Resumen

Benjamín Heras llegó en 1933 a Zaragoza como nuevo pastor de la Iglesia Evangélica Española, dando un nuevo impulso a una comunidad que comenzaba a consolidarse bajo el marco legal republicano. Esta etapa se truncó bruscamente tras el golpe de Estado de 1936. El 18 de agosto, fue detenido, la iglesia asaltada y su mobiliario requisado y trasladado a la iglesia de San Pablo. Heras logró salvar la vida gracias a la intervención de un ciudadano alemán afín a los sublevados y se refugió en Jaca. Desde allí, adoptó la tapadera de agente comercial, que le permitió desplazarse sin levantar sospechas y mantener el contacto entre creyentes dispersos por la persecución, especialmente en Jaca, Barbastro y Monzón. Contó con el apoyo económico de la Misión Francesa y organizó reuniones clandestinas en Zaragoza, donde se habían refugiado algunas familias evangélicas, como la del pastor Salvador Ramírez o el maestro José García. Heras fue una figura clave para sostener el protestantismo aragonés durante el primer franquismo.

Lugares

Calle San Pablo, Zaragoza

Fecha

1936-finales de los años 40

Tipo de violencia

Detención, asalto y registro de capilla, requisamiento de bienes, persecución religiosa, clandestinidad

Insitución/Agente

Autoridades franquistas

Víctimas

Pastor Benjamín Heras y la comunidad evangélica de la Iglesia del Espíritu Santo

Contexto

La llegada de Benjamín Heras a Zaragoza en 1933 coincidió con un periodo de relativa apertura religiosa durante la Segunda República, en el que la comunidad protestante pudo reorganizarse y crecer. Sin embargo, con el golpe de Estado de julio de 1936, la tolerancia desapareció. En agosto de ese año, la iglesia evangélica del Espíritu Santo de la calle San Pablo fue registrada y su mobiliario confiscado. Heras fue detenido y su vida estuvo en peligro, salvándose gracias a la intervención de un ciudadano alemán vinculado a los sublevados.

Tras escapar a Jaca y volver tras el fin de la guerra a Zaragoza, Heras adoptó una identidad discreta como agente comercial, lo que le permitió desplazarse por la región sin levantar sospechas y continuar su labor pastoral de forma clandestina. Esta estrategia fue crucial para mantener los lazos entre los dispersos creyentes evangélicos, que habían huido de localidades como Jaca, Barbastro y Monzón debido a la represión. En este sentido, Zaragoza se convirtió en un refugio para estas familias, quienes se reunían en secreto bajo el liderazgo de Heras y con el apoyo económico de la Misión Francesa. Sin embargo, la situación estaba lejos de normalizarse. El 24 de abril de 1939, el Ministerio de Gobernación envió una circular a todos los Gobernadores Civiles prohibiendo los “cultos disidentes”, entre ellos las capillas evangélicas. Esto obligó a los grupos protestantes a reunirse en secreto en domicilios particulares. En este contexto, la comunidad dirigida por Benjamín Heras, perteneciente a la Iglesia Evangélica del Espíritu Santo, optó por congregarse en la casa de sus suegros en la calle Checa, 69, localizada en el barrio obrero de Torrero.

Durante el franquismo, el protestantismo quedó relegado a la clandestinidad y a la práctica privada, pues el régimen impuso una confesionalidad católica estricta y marginó todas las demás creencias. La figura de Heras simboliza la resistencia silenciosa de una comunidad que, pese a la persecución, logró sobrevivir y preservar su fe en condiciones adversas, evitando una desaparición total en la región.

Memoria de dicha violencia

Como muchos otros episodios similares de la época, la represión contra la comunidad evangélica de Zaragoza fue silenciada durante el franquismo y es desconocida por la inmensa mayoría del público general. La memoria de estos hechos ha sido preservada principalmente en círculos familiares y en el seno de la comunidad evangélica.  

Bibliografía

Bastian, Jean-Pierre, “Los dirigentes protestantes españoles y su vínculo masónico, 1868-1939. Hacia la elaboración de un corpus”, Anales de Historia Contemporánea, nº21, 2005, pp. 409-426.

Escobedo Muguerza, Isabel, La hora católica de Aragón. Iglesia, cuestión social y recristianización en el primer franquismo (1936-1956), Tesis doctoral inédita, Zaragoza: Universidad de Zaragoza, 2025.

Garcia Villoslada, Ricardo (dir.) Historia de la Iglesia en España, Vol. V, Madrid: BAC, 1979.

Gómez Bahillo, Carlos (coord.), Construyendo redes. Minorías religiosas en Aragón, Barcelona y Madrid: Icaria y Fundación Pluralismo y Convivencia, 2009.

Sebastián Vicent, Ramón, Protestantismo y tolerancia en Aragón (1870-1990), Zaragoza: Mira Editores, 1993.Vilar Ramírez, Juan Bautista, “Los protestantes españoles ante la guerra civil (1936-1939)”, Cuenta y razón, nº21, 1985, pp. 213-230.

Autoría

Isabel Escobedo Muguerza (Universidad de Zaragoza)